Fisterra

    Cervicalgia y dorsalgia

    ¿De qué hablamos?


    La cervicalgia es el dolor en la región cervical que puede extenderse desde el cuello a la cabeza o a la extremidad superior y que limita los movimientos. Tras el dolor lumbar, la cervicalgia es una de las causas más frecuentes de consulta en atención primaria y origina numerosas bajas laborales, entre el 11-14% del total de absentismo (Calvo Gutierrez J, 2013).

    Se calcula que el 10% de la población presentará dolor cervical y en un 25% de los casos de forma crónica (>3 meses) y/o recidivante (Castellón de Arce P, 2004; Hogg-Johnson S, 2008). En el 1% de los casos aparecen neuralgias cervicobraquiales (NCB), consistentes en dolor cervical y dolor de topografía radicular en uno o ambos miembros superiores, asociados o no a radiculopatía (en la que existen signos neurológicos de déficits sensitivos y/o motores) en relación a la existencia de hernia discal cervical y/o a una estenosis degenerativa del agujero intervertebral.

    El 90% de las cervicalgias son de origen mecánico, siendo el latigazo cervical (Ruiz de Adana Pérez R, 2019) la causa postraumática más frecuente en relación con accidentes de tráfico.

    La dorsalgia, que puede coexistir con cervicalgia y/o lumbalgia, se define por un dolor de la columna vertebral localizado entre la zona de la charnela cervicotorácica (C7-T1) y la unión toracolumbar (T12-L1) o por un dolor de la pared posterior del tórax (paravertebral o más lateral). Es menos frecuente que el dolor en otras localizaciones de la columna, con una prevalencia muy variable entre 12 y 31%, siendo más frecuente en mujeres y niños y adolescentes (Hogg-Johnson S, 2008; Mulero Mendoza J, 2005). Es importante considerar que muchos dolores dorsales son referidos, es decir, son manifestación de patología existente en órganos torácicos y abdominales.

    La mayoría de los pacientes se recuperan antes de las 6 semanas, pero entre un 10 y un 15% llegan a ser crónicos (Meseguer Henarejos AB, 2000). Los factores predictivos de dolor persistente son ser mujer, la edad (>40 años, sobre todo entre los 55-64 años), la existencia de lumbalgia y cefalea, el dolor cervical por traumatismo, la existencia de irradiación del dolor, episodios previos de dolor y tener trabajo (insatisfacción laboral, trabajo monótono, trabajos con alta exigencia o en los que haya que realizar un mayor esfuerzo físico con posturas forzadas o mantenidas con la cabeza o los brazos, trabajos sedentarios, sobrecarga física, y movimientos repetitivos) y ausencias de pausas en el trabajo (Haldeman S, 2008; Hogg-Johnson S, 2008).

    Se ha observado que hay algunos factores de carácter funcional, como la obesidad y las disfunciones en la región lumbar y en la articulación glenohumeral, y otros relacionados con los hábitos de vida, como el tabaquismo, que se relacionan con la aparición de cervicalgia (Makela M, 1991).

    No existe evidencia de que los cambios degenerativos comunes de la columna cervical sean un factor de riesgo de cervicalgia, ya que es normal la existencia de artrosis en la radiografía a partir de los 30 años, apareciendo en el 85% de los mayores de 60 años (Côté P, 2008; Haldeman S, 2008). Tampoco existe correlación entre el grado de artrosis en la radiografía y la intensidad del dolor. Se ha observado que la personalidad neurótica y la presencia de cuadros depresivos son factores que aumentan la probabilidad de recurrencia de dolor cervical.

    La cervicalgia puede ser consecutiva a trastornos mecánicos (80%) o a enfermedades de carácter inflamatorio, tumoral o infeccioso, que supone el 20% de los casos (Castellón de Arce P, 2004; Cheng JS, 2012). Puede ser expresión de otras patologías, que se denomina dolor referido, y puede ser expresión de trastornos psicosomaticos. Según la duración, la cervicalgia puede ser aguda (<7 días), subaguda (7 días hasta 7 semanas), y crónica (>7 semanas). Sin embargo, las dorsalgias agudas son aquellas con una duración de 1 mes de evolución, las subagudas entre 1 y 3 meses, y las crónicas, más de 3 meses (Haldeman S, 2008; Rao R, 2005).

    Las causas más frecuentes de dolor cervical se describen en la tabla 1.

    Tabla 1. Tipos de dolor y características. Causas de cervicalgia y dorsalgia.
    Cervicalgia Dorsalgia
    Dolor mecánico
    • No constante.
    • Se produce con la movilización.
    • Mejora con el reposo.
    • Puede dificultar el inicio del sueño, pero no despierta al paciente.
    • No segmentaria.
    • Segmentaria: radiculopatías.
    • Fractura (patológica o no) vertebral.
    • Hernia discal.
    • Enfermedad Scheuermann (cifosis juvenil o displasia de crecimiento).
    • Cifosis y escoliosis.
    • Espondiloartrosis.
    • Dorsalgias funcionales: dorsalgia funcional benigna.
    Dolor inflamatorio
    • Constante.
    • Aumenta con los movimientos.
    • No mejora con reposo.
    • Despierta al paciente por la noche.
    • Rigidez matutina.
    Enfermedades reumáticas
    • Artritis reumatoide.
    • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías.
    • Fibromialgia.
    • Artritis crónica juvenil.
    • Polimialgia reumática.
    • Polimiositis.
    • Enfermedad Forestier-Rotes Querol.
    • Hiperostosis anquilosante vertebral.
    • Fibromialgia.
    • Espondiloartrosis y degeneración discal.
    • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías.
    • Osteoporosis (aplastamientos vertebrales/fracturas).
    • Síndrome dolor miofascial.
    Tumores Primarios, metastásicos (cánceres de próstata, mama, riñón, pulmón y tiroides), mieloma.
    Infección
    • Discitis: Staphylococcus aureus, Mycobacterium tuberculosis, Brucella.
    • Osteomielitis.
    • Meningitis.
    • Herpes zóster.
    • Enfermedad de Lyme.
    Dolor referido

    • Enfermedades abdominales y diafragmáticas: vesícula biliar, absceso subfrénico, páncreas, hernia hiatal, úlcera péptica.
    • Cardiopatía isquémica.
    • Aneurisma de aorta.
    • Tumores del vértice pulmonar.
    • Insuficiencia vertebrobasilar.
    • Patología acromioclavicular.
    • Patología temporomandibular.
    • Síndrome del desfiladero torácico.
    • Enfermedades abdominales: vesícula biliar, páncreas, úlcera péptica.
    • Cardiopatía isquémica.
    • Pericarditis.
    • Aneurisma de aorta.
    • Herpes zóster.

    La cervicalgia aislada o simple suele localizarse en la parte paramedial posterior de la musculatura cervical, irradiándose hacia el occipucio, o hacia el hombro y la región periescapular.

    Puede aparecer el dolor bruscamente por espasmo muscular, pero lo más frecuente es un comienzo insidioso relacionado con artrosis cervical (cervicoartrosis) que afecta a las zonas de más presión C4-C5 y C5-C6. Los pacientes suelen referir rigidez en una o más de las direcciones del espacio, siendo frecuentes las cefaleas. No existe ninguna distribución metamérica. El dolor referido suele asociarse a sensación de calor y hormigueo (Isaac Z, 2023; Mendioroz Iriarte M, 2005), y a fenómenos relacionados con el sistema nervioso autónomo (piloerección y sudoración). También puede haber zonas localizadas de dolor en el músculo.

    La palpación profunda de alguna de dichas zonas (puntos gatillo) suele producir unos patrones típicos de dolor referido. Un dolor cervical anterior a lo largo del músculo esternocleidomastoideo que empeore con la rotación hacia el lado contralateral suele deberse a una distensión muscular (Kothari, 2023; Roux CH, 2016). Un dolor en los músculos posteriores del cuello que empeore al flexionar la cabeza sugerirá una etiología miofascial. Si un dolor en la parte posterior del cuello empeora con la extensión y las rotaciones, probablemente tendrá un componente discogénico. Los pacientes con dolor intenso en la región suboccipital suelen presentar cambios patológicos en la columna cervical superior. El dolor en dichos pacientes puede irradiarse a la parte posterior del oído o a la parte inferior del cuello. Es frecuente que la rotación cervical esté muy limitada.

    Cuando el dolor se extiende por la metámera de una raíz o territorio de un nervio periférico hablamos de una radiculopatía. Los pacientes suelen referir dolor agudo y sensación de hormigueo o quemazón en el área afectada. Puede haber pérdida sensitiva o motora, correspondiente a la raíz nerviosa afectada, pudiendo también estar disminuida la actividad refleja. Las raíces que con más frecuencia se afectan son C7, C6 y C5, tal como se resume en la tabla 2. El dolor suele aumentar con la hiperextensión de la cabeza. Es más frecuente a partir de los 60 años, así como en pacientes con enfermedades metabólicas (por ejemplo diabetes) que tengan neuropatía (Isaac Z, 2023; Mendioroz Iriarte M, 2005).

    Tabla 2. Radiculopatías cervicales.
    Raíz Espacio Dolor y/o parestesias Reflejo afectado Pérdida motora
    C5 C4-C5 Cara externa del hombro y del brazo hasta el codo Bicipital Abducción y flexión del brazo (deltoides y bíceps)
    C6 C5-C6 Cara externa del hombro, brazo, antebrazo, 1r dedo y, a veces, 2º dedo Bicipital y estilorradial Flexión del brazo y supinación de la muñeca
    C7 C6-C7 Cara posterior del hombro, brazo, antebrazo, 2º, 3r, 4º dedo Tricipital Extensión del brazo
    C8 C7-D1 Cara interna del brazo y antebrazo, 4º, 5º dedo Tricipital, estilocubital Extensión del brazo y de la muñeca

    La mielopatía es una causa rara de dolor cervical que aparece por el estrechamiento del canal espinal, con afectación de la médula, por lo que aparecen síntomas neurológicos como debilidad de manos y miembros inferiores, dificultad para mantener el equilibrio con alteraciones de la marcha con aumento de la base de sustentación, incontinencia (44% de los casos), disfunciones sexuales (Rao R, 2005; Rubio-Ochoa J, 2016; Rubira López DJ, 2012). Es más frecuente en varones. A diferencia de las radiculopatías, la irradiación puede ser o no segmentaria. Hay que hacer el diagnóstico diferencial con patologías neurológicas como esclerosis múltiple, degeneración subaguda combinada de la médula, esclerosis lateral amiotrófica (Rao R, 2005; Mendioroz Iriarte M, 2005). Cuanto más precoz sea el diagnóstico y se realice la descompresión medular, mejor es el pronóstico y la recuperación neurológica.

    Ante una dorsalgia es importante diferenciar si el dolor ha comenzado bruscamente o si, por el contrario, ha aparecido lentamente. Se debe sospechar una fractura patológica en una mujer que, ante un traumatismo de baja intensidad o un sobreesfuerzo, comienza con dolor. Toda fractura osteoporótica que asiente por encima de D6 debe hacer sospechar neoplasia. La columna vertebral es también asiento frecuente de mieloma (Mendioroz Iriarte M, 2005).

    En los niños y jóvenes puede existir dolor dorsal por la existencia de alteraciones en la alineación, como cifosis y escoliosis, aunque es más frecuente en los adultos, ya que además existen lesiones artrósicas asociadas. La enfermedad de Scheuermann o cifosis juvenil es un dolor en D5-D12. Se caracteriza por ir produciendo un acuñamiento progresivo de las vértebras, por lo que se genera una cifosis.

    La artrosis dorsal por sí sola rara vez es causa de dolor. Sí es más frecuente encontrar mujeres entre los 16 y 40 años con dolor continuo de diferentes características en región dorsal, sobre todo D2-D5, que se asocia a contracturas musculares y se acompaña de parestesias y sensación de pérdida de fuerza (Mendioroz Iriarte M, 2005; Cheng JS, 2012). Es la dorsalgia crónica benigna. Aparece aumentada en profesiones con flexión del tronco (por ejemplo, administrativas) y durante la lactancia.

    El síndrome de dolor miofascial es una afección dolorosa caracterizada por la presencia de puntos gatillo, puntos muy sensibles a la presión. Bajo el efecto de la presión se reproduce el dolor espontáneo del paciente y sus irradiaciones. Presenta una compleja fisiopatología donde intervienen numerosos mecanismos (Isaac Z, 2023).

    La hiperostosis vertebral difusa o enfermedad de Forestier y Rotés-Querol afecta en particular a la columna dorsal y especialmente de T9 a T12. Se define por la presencia de dos o tres puntos óseos (entesofitos) localizados a la derecha de los cuerpos vertebrales y de los discos intervertebrales. Con mucha frecuencia es una afectación silente, pero en ocasiones provoca rigidez. En caso de dorsalgia de carácter inflamatorio y asociada a este tipo de imágenes se debe descartar una psoriasis cutánea, ya que las lesiones raquídeas axiales de la enfermedad reumatológica psoriásica son muy similares (Kothari MJ, 2023).

    La dorsalgia interescapular de origen cervical descrita por Maigne es bastante frecuente. Una afectación cervical inferior (C5-C6-C7-D1) sería responsable de dorsalgias interescapulares mediodorsales. La presión en un punto doloroso interescapulovertebral, fijo, con mucha frecuencia unilateral, siempre paramedial D5 o D6 reproduce el dolor habitual del paciente (Kothari MJ, 2023).

    ¿Cómo se diagnostican?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    ¿Cómo se tratan?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Bibliografía

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Más en la red

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Autores

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Cervicalgia y dorsalgia

    Fecha de revisión: 04/09/2023
    • Guía
    Índice de contenidos

    ¿De qué hablamos?


    La cervicalgia es el dolor en la región cervical que puede extenderse desde el cuello a la cabeza o a la extremidad superior y que limita los movimientos. Tras el dolor lumbar, la cervicalgia es una de las causas más frecuentes de consulta en atención primaria y origina numerosas bajas laborales, entre el 11-14% del total de absentismo (Calvo Gutierrez J, 2013).

    Se calcula que el 10% de la población presentará dolor cervical y en un 25% de los casos de forma crónica (>3 meses) y/o recidivante (Castellón de Arce P, 2004; Hogg-Johnson S, 2008). En el 1% de los casos aparecen neuralgias cervicobraquiales (NCB), consistentes en dolor cervical y dolor de topografía radicular en uno o ambos miembros superiores, asociados o no a radiculopatía (en la que existen signos neurológicos de déficits sensitivos y/o motores) en relación a la existencia de hernia discal cervical y/o a una estenosis degenerativa del agujero intervertebral.

    El 90% de las cervicalgias son de origen mecánico, siendo el latigazo cervical (Ruiz de Adana Pérez R, 2019) la causa postraumática más frecuente en relación con accidentes de tráfico.

    La dorsalgia, que puede coexistir con cervicalgia y/o lumbalgia, se define por un dolor de la columna vertebral localizado entre la zona de la charnela cervicotorácica (C7-T1) y la unión toracolumbar (T12-L1) o por un dolor de la pared posterior del tórax (paravertebral o más lateral). Es menos frecuente que el dolor en otras localizaciones de la columna, con una prevalencia muy variable entre 12 y 31%, siendo más frecuente en mujeres y niños y adolescentes (Hogg-Johnson S, 2008; Mulero Mendoza J, 2005). Es importante considerar que muchos dolores dorsales son referidos, es decir, son manifestación de patología existente en órganos torácicos y abdominales.

    La mayoría de los pacientes se recuperan antes de las 6 semanas, pero entre un 10 y un 15% llegan a ser crónicos (Meseguer Henarejos AB, 2000). Los factores predictivos de dolor persistente son ser mujer, la edad (>40 años, sobre todo entre los 55-64 años), la existencia de lumbalgia y cefalea, el dolor cervical por traumatismo, la existencia de irradiación del dolor, episodios previos de dolor y tener trabajo (insatisfacción laboral, trabajo monótono, trabajos con alta exigencia o en los que haya que realizar un mayor esfuerzo físico con posturas forzadas o mantenidas con la cabeza o los brazos, trabajos sedentarios, sobrecarga física, y movimientos repetitivos) y ausencias de pausas en el trabajo (Haldeman S, 2008; Hogg-Johnson S, 2008).

    Se ha observado que hay algunos factores de carácter funcional, como la obesidad y las disfunciones en la región lumbar y en la articulación glenohumeral, y otros relacionados con los hábitos de vida, como el tabaquismo, que se relacionan con la aparición de cervicalgia (Makela M, 1991).

    No existe evidencia de que los cambios degenerativos comunes de la columna cervical sean un factor de riesgo de cervicalgia, ya que es normal la existencia de artrosis en la radiografía a partir de los 30 años, apareciendo en el 85% de los mayores de 60 años (Côté P, 2008; Haldeman S, 2008). Tampoco existe correlación entre el grado de artrosis en la radiografía y la intensidad del dolor. Se ha observado que la personalidad neurótica y la presencia de cuadros depresivos son factores que aumentan la probabilidad de recurrencia de dolor cervical.

    La cervicalgia puede ser consecutiva a trastornos mecánicos (80%) o a enfermedades de carácter inflamatorio, tumoral o infeccioso, que supone el 20% de los casos (Castellón de Arce P, 2004; Cheng JS, 2012). Puede ser expresión de otras patologías, que se denomina dolor referido, y puede ser expresión de trastornos psicosomaticos. Según la duración, la cervicalgia puede ser aguda (<7 días), subaguda (7 días hasta 7 semanas), y crónica (>7 semanas). Sin embargo, las dorsalgias agudas son aquellas con una duración de 1 mes de evolución, las subagudas entre 1 y 3 meses, y las crónicas, más de 3 meses (Haldeman S, 2008; Rao R, 2005).

    Las causas más frecuentes de dolor cervical se describen en la tabla 1.

    Tabla 1. Tipos de dolor y características. Causas de cervicalgia y dorsalgia.
    Cervicalgia Dorsalgia
    Dolor mecánico
    • No constante.
    • Se produce con la movilización.
    • Mejora con el reposo.
    • Puede dificultar el inicio del sueño, pero no despierta al paciente.
    • No segmentaria.
    • Segmentaria: radiculopatías.
    • Fractura (patológica o no) vertebral.
    • Hernia discal.
    • Enfermedad Scheuermann (cifosis juvenil o displasia de crecimiento).
    • Cifosis y escoliosis.
    • Espondiloartrosis.
    • Dorsalgias funcionales: dorsalgia funcional benigna.
    Dolor inflamatorio
    • Constante.
    • Aumenta con los movimientos.
    • No mejora con reposo.
    • Despierta al paciente por la noche.
    • Rigidez matutina.
    Enfermedades reumáticas
    • Artritis reumatoide.
    • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías.
    • Fibromialgia.
    • Artritis crónica juvenil.
    • Polimialgia reumática.
    • Polimiositis.
    • Enfermedad Forestier-Rotes Querol.
    • Hiperostosis anquilosante vertebral.
    • Fibromialgia.
    • Espondiloartrosis y degeneración discal.
    • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías.
    • Osteoporosis (aplastamientos vertebrales/fracturas).
    • Síndrome dolor miofascial.
    Tumores Primarios, metastásicos (cánceres de próstata, mama, riñón, pulmón y tiroides), mieloma.
    Infección
    • Discitis: Staphylococcus aureus, Mycobacterium tuberculosis, Brucella.
    • Osteomielitis.
    • Meningitis.
    • Herpes zóster.
    • Enfermedad de Lyme.
    Dolor referido

    • Enfermedades abdominales y diafragmáticas: vesícula biliar, absceso subfrénico, páncreas, hernia hiatal, úlcera péptica.
    • Cardiopatía isquémica.
    • Aneurisma de aorta.
    • Tumores del vértice pulmonar.
    • Insuficiencia vertebrobasilar.
    • Patología acromioclavicular.
    • Patología temporomandibular.
    • Síndrome del desfiladero torácico.
    • Enfermedades abdominales: vesícula biliar, páncreas, úlcera péptica.
    • Cardiopatía isquémica.
    • Pericarditis.
    • Aneurisma de aorta.
    • Herpes zóster.

    La cervicalgia aislada o simple suele localizarse en la parte paramedial posterior de la musculatura cervical, irradiándose hacia el occipucio, o hacia el hombro y la región periescapular.

    Puede aparecer el dolor bruscamente por espasmo muscular, pero lo más frecuente es un comienzo insidioso relacionado con artrosis cervical (cervicoartrosis) que afecta a las zonas de más presión C4-C5 y C5-C6. Los pacientes suelen referir rigidez en una o más de las direcciones del espacio, siendo frecuentes las cefaleas. No existe ninguna distribución metamérica. El dolor referido suele asociarse a sensación de calor y hormigueo (Isaac Z, 2023; Mendioroz Iriarte M, 2005), y a fenómenos relacionados con el sistema nervioso autónomo (piloerección y sudoración). También puede haber zonas localizadas de dolor en el músculo.

    La palpación profunda de alguna de dichas zonas (puntos gatillo) suele producir unos patrones típicos de dolor referido. Un dolor cervical anterior a lo largo del músculo esternocleidomastoideo que empeore con la rotación hacia el lado contralateral suele deberse a una distensión muscular (Kothari, 2023; Roux CH, 2016). Un dolor en los músculos posteriores del cuello que empeore al flexionar la cabeza sugerirá una etiología miofascial. Si un dolor en la parte posterior del cuello empeora con la extensión y las rotaciones, probablemente tendrá un componente discogénico. Los pacientes con dolor intenso en la región suboccipital suelen presentar cambios patológicos en la columna cervical superior. El dolor en dichos pacientes puede irradiarse a la parte posterior del oído o a la parte inferior del cuello. Es frecuente que la rotación cervical esté muy limitada.

    Cuando el dolor se extiende por la metámera de una raíz o territorio de un nervio periférico hablamos de una radiculopatía. Los pacientes suelen referir dolor agudo y sensación de hormigueo o quemazón en el área afectada. Puede haber pérdida sensitiva o motora, correspondiente a la raíz nerviosa afectada, pudiendo también estar disminuida la actividad refleja. Las raíces que con más frecuencia se afectan son C7, C6 y C5, tal como se resume en la tabla 2. El dolor suele aumentar con la hiperextensión de la cabeza. Es más frecuente a partir de los 60 años, así como en pacientes con enfermedades metabólicas (por ejemplo diabetes) que tengan neuropatía (Isaac Z, 2023; Mendioroz Iriarte M, 2005).

    Tabla 2. Radiculopatías cervicales.
    Raíz Espacio Dolor y/o parestesias Reflejo afectado Pérdida motora
    C5 C4-C5 Cara externa del hombro y del brazo hasta el codo Bicipital Abducción y flexión del brazo (deltoides y bíceps)
    C6 C5-C6 Cara externa del hombro, brazo, antebrazo, 1r dedo y, a veces, 2º dedo Bicipital y estilorradial Flexión del brazo y supinación de la muñeca
    C7 C6-C7 Cara posterior del hombro, brazo, antebrazo, 2º, 3r, 4º dedo Tricipital Extensión del brazo
    C8 C7-D1 Cara interna del brazo y antebrazo, 4º, 5º dedo Tricipital, estilocubital Extensión del brazo y de la muñeca

    La mielopatía es una causa rara de dolor cervical que aparece por el estrechamiento del canal espinal, con afectación de la médula, por lo que aparecen síntomas neurológicos como debilidad de manos y miembros inferiores, dificultad para mantener el equilibrio con alteraciones de la marcha con aumento de la base de sustentación, incontinencia (44% de los casos), disfunciones sexuales (Rao R, 2005; Rubio-Ochoa J, 2016; Rubira López DJ, 2012). Es más frecuente en varones. A diferencia de las radiculopatías, la irradiación puede ser o no segmentaria. Hay que hacer el diagnóstico diferencial con patologías neurológicas como esclerosis múltiple, degeneración subaguda combinada de la médula, esclerosis lateral amiotrófica (Rao R, 2005; Mendioroz Iriarte M, 2005). Cuanto más precoz sea el diagnóstico y se realice la descompresión medular, mejor es el pronóstico y la recuperación neurológica.

    Ante una dorsalgia es importante diferenciar si el dolor ha comenzado bruscamente o si, por el contrario, ha aparecido lentamente. Se debe sospechar una fractura patológica en una mujer que, ante un traumatismo de baja intensidad o un sobreesfuerzo, comienza con dolor. Toda fractura osteoporótica que asiente por encima de D6 debe hacer sospechar neoplasia. La columna vertebral es también asiento frecuente de mieloma (Mendioroz Iriarte M, 2005).

    En los niños y jóvenes puede existir dolor dorsal por la existencia de alteraciones en la alineación, como cifosis y escoliosis, aunque es más frecuente en los adultos, ya que además existen lesiones artrósicas asociadas. La enfermedad de Scheuermann o cifosis juvenil es un dolor en D5-D12. Se caracteriza por ir produciendo un acuñamiento progresivo de las vértebras, por lo que se genera una cifosis.

    La artrosis dorsal por sí sola rara vez es causa de dolor. Sí es más frecuente encontrar mujeres entre los 16 y 40 años con dolor continuo de diferentes características en región dorsal, sobre todo D2-D5, que se asocia a contracturas musculares y se acompaña de parestesias y sensación de pérdida de fuerza (Mendioroz Iriarte M, 2005; Cheng JS, 2012). Es la dorsalgia crónica benigna. Aparece aumentada en profesiones con flexión del tronco (por ejemplo, administrativas) y durante la lactancia.

    El síndrome de dolor miofascial es una afección dolorosa caracterizada por la presencia de puntos gatillo, puntos muy sensibles a la presión. Bajo el efecto de la presión se reproduce el dolor espontáneo del paciente y sus irradiaciones. Presenta una compleja fisiopatología donde intervienen numerosos mecanismos (Isaac Z, 2023).

    La hiperostosis vertebral difusa o enfermedad de Forestier y Rotés-Querol afecta en particular a la columna dorsal y especialmente de T9 a T12. Se define por la presencia de dos o tres puntos óseos (entesofitos) localizados a la derecha de los cuerpos vertebrales y de los discos intervertebrales. Con mucha frecuencia es una afectación silente, pero en ocasiones provoca rigidez. En caso de dorsalgia de carácter inflamatorio y asociada a este tipo de imágenes se debe descartar una psoriasis cutánea, ya que las lesiones raquídeas axiales de la enfermedad reumatológica psoriásica son muy similares (Kothari MJ, 2023).

    La dorsalgia interescapular de origen cervical descrita por Maigne es bastante frecuente. Una afectación cervical inferior (C5-C6-C7-D1) sería responsable de dorsalgias interescapulares mediodorsales. La presión en un punto doloroso interescapulovertebral, fijo, con mucha frecuencia unilateral, siempre paramedial D5 o D6 reproduce el dolor habitual del paciente (Kothari MJ, 2023).

    ¿Cómo se diagnostican?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    ¿Cómo se tratan?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Bibliografía

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Más en la red

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Autores

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

    Cervicalgia y dorsalgia

    Fecha de revisión: 04/09/2023

    ¿De qué hablamos?


    La cervicalgia es el dolor en la región cervical que puede extenderse desde el cuello a la cabeza o a la extremidad superior y que limita los movimientos. Tras el dolor lumbar, la cervicalgia es una de las causas más frecuentes de consulta en atención primaria y origina numerosas bajas laborales, entre el 11-14% del total de absentismo (Calvo Gutierrez J, 2013).

    Se calcula que el 10% de la población presentará dolor cervical y en un 25% de los casos de forma crónica (>3 meses) y/o recidivante (Castellón de Arce P, 2004; Hogg-Johnson S, 2008). En el 1% de los casos aparecen neuralgias cervicobraquiales (NCB), consistentes en dolor cervical y dolor de topografía radicular en uno o ambos miembros superiores, asociados o no a radiculopatía (en la que existen signos neurológicos de déficits sensitivos y/o motores) en relación a la existencia de hernia discal cervical y/o a una estenosis degenerativa del agujero intervertebral.

    El 90% de las cervicalgias son de origen mecánico, siendo el latigazo cervical (Ruiz de Adana Pérez R, 2019) la causa postraumática más frecuente en relación con accidentes de tráfico.

    La dorsalgia, que puede coexistir con cervicalgia y/o lumbalgia, se define por un dolor de la columna vertebral localizado entre la zona de la charnela cervicotorácica (C7-T1) y la unión toracolumbar (T12-L1) o por un dolor de la pared posterior del tórax (paravertebral o más lateral). Es menos frecuente que el dolor en otras localizaciones de la columna, con una prevalencia muy variable entre 12 y 31%, siendo más frecuente en mujeres y niños y adolescentes (Hogg-Johnson S, 2008; Mulero Mendoza J, 2005). Es importante considerar que muchos dolores dorsales son referidos, es decir, son manifestación de patología existente en órganos torácicos y abdominales.

    La mayoría de los pacientes se recuperan antes de las 6 semanas, pero entre un 10 y un 15% llegan a ser crónicos (Meseguer Henarejos AB, 2000). Los factores predictivos de dolor persistente son ser mujer, la edad (>40 años, sobre todo entre los 55-64 años), la existencia de lumbalgia y cefalea, el dolor cervical por traumatismo, la existencia de irradiación del dolor, episodios previos de dolor y tener trabajo (insatisfacción laboral, trabajo monótono, trabajos con alta exigencia o en los que haya que realizar un mayor esfuerzo físico con posturas forzadas o mantenidas con la cabeza o los brazos, trabajos sedentarios, sobrecarga física, y movimientos repetitivos) y ausencias de pausas en el trabajo (Haldeman S, 2008; Hogg-Johnson S, 2008).

    Se ha observado que hay algunos factores de carácter funcional, como la obesidad y las disfunciones en la región lumbar y en la articulación glenohumeral, y otros relacionados con los hábitos de vida, como el tabaquismo, que se relacionan con la aparición de cervicalgia (Makela M, 1991).

    No existe evidencia de que los cambios degenerativos comunes de la columna cervical sean un factor de riesgo de cervicalgia, ya que es normal la existencia de artrosis en la radiografía a partir de los 30 años, apareciendo en el 85% de los mayores de 60 años (Côté P, 2008; Haldeman S, 2008). Tampoco existe correlación entre el grado de artrosis en la radiografía y la intensidad del dolor. Se ha observado que la personalidad neurótica y la presencia de cuadros depresivos son factores que aumentan la probabilidad de recurrencia de dolor cervical.

    La cervicalgia puede ser consecutiva a trastornos mecánicos (80%) o a enfermedades de carácter inflamatorio, tumoral o infeccioso, que supone el 20% de los casos (Castellón de Arce P, 2004; Cheng JS, 2012). Puede ser expresión de otras patologías, que se denomina dolor referido, y puede ser expresión de trastornos psicosomaticos. Según la duración, la cervicalgia puede ser aguda (<7 días), subaguda (7 días hasta 7 semanas), y crónica (>7 semanas). Sin embargo, las dorsalgias agudas son aquellas con una duración de 1 mes de evolución, las subagudas entre 1 y 3 meses, y las crónicas, más de 3 meses (Haldeman S, 2008; Rao R, 2005).

    Las causas más frecuentes de dolor cervical se describen en la tabla 1.

    Tabla 1. Tipos de dolor y características. Causas de cervicalgia y dorsalgia.
    Cervicalgia Dorsalgia
    Dolor mecánico
    • No constante.
    • Se produce con la movilización.
    • Mejora con el reposo.
    • Puede dificultar el inicio del sueño, pero no despierta al paciente.
    • No segmentaria.
    • Segmentaria: radiculopatías.
    • Fractura (patológica o no) vertebral.
    • Hernia discal.
    • Enfermedad Scheuermann (cifosis juvenil o displasia de crecimiento).
    • Cifosis y escoliosis.
    • Espondiloartrosis.
    • Dorsalgias funcionales: dorsalgia funcional benigna.
    Dolor inflamatorio
    • Constante.
    • Aumenta con los movimientos.
    • No mejora con reposo.
    • Despierta al paciente por la noche.
    • Rigidez matutina.
    Enfermedades reumáticas
    • Artritis reumatoide.
    • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías.
    • Fibromialgia.
    • Artritis crónica juvenil.
    • Polimialgia reumática.
    • Polimiositis.
    • Enfermedad Forestier-Rotes Querol.
    • Hiperostosis anquilosante vertebral.
    • Fibromialgia.
    • Espondiloartrosis y degeneración discal.
    • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías.
    • Osteoporosis (aplastamientos vertebrales/fracturas).
    • Síndrome dolor miofascial.
    Tumores Primarios, metastásicos (cánceres de próstata, mama, riñón, pulmón y tiroides), mieloma.
    Infección
    • Discitis: Staphylococcus aureus, Mycobacterium tuberculosis, Brucella.
    • Osteomielitis.
    • Meningitis.
    • Herpes zóster.
    • Enfermedad de Lyme.
    Dolor referido

    • Enfermedades abdominales y diafragmáticas: vesícula biliar, absceso subfrénico, páncreas, hernia hiatal, úlcera péptica.
    • Cardiopatía isquémica.
    • Aneurisma de aorta.
    • Tumores del vértice pulmonar.
    • Insuficiencia vertebrobasilar.
    • Patología acromioclavicular.
    • Patología temporomandibular.
    • Síndrome del desfiladero torácico.
    • Enfermedades abdominales: vesícula biliar, páncreas, úlcera péptica.
    • Cardiopatía isquémica.
    • Pericarditis.
    • Aneurisma de aorta.
    • Herpes zóster.

    La cervicalgia aislada o simple suele localizarse en la parte paramedial posterior de la musculatura cervical, irradiándose hacia el occipucio, o hacia el hombro y la región periescapular.

    Puede aparecer el dolor bruscamente por espasmo muscular, pero lo más frecuente es un comienzo insidioso relacionado con artrosis cervical (cervicoartrosis) que afecta a las zonas de más presión C4-C5 y C5-C6. Los pacientes suelen referir rigidez en una o más de las direcciones del espacio, siendo frecuentes las cefaleas. No existe ninguna distribución metamérica. El dolor referido suele asociarse a sensación de calor y hormigueo (Isaac Z, 2023; Mendioroz Iriarte M, 2005), y a fenómenos relacionados con el sistema nervioso autónomo (piloerección y sudoración). También puede haber zonas localizadas de dolor en el músculo.

    La palpación profunda de alguna de dichas zonas (puntos gatillo) suele producir unos patrones típicos de dolor referido. Un dolor cervical anterior a lo largo del músculo esternocleidomastoideo que empeore con la rotación hacia el lado contralateral suele deberse a una distensión muscular (Kothari, 2023; Roux CH, 2016). Un dolor en los músculos posteriores del cuello que empeore al flexionar la cabeza sugerirá una etiología miofascial. Si un dolor en la parte posterior del cuello empeora con la extensión y las rotaciones, probablemente tendrá un componente discogénico. Los pacientes con dolor intenso en la región suboccipital suelen presentar cambios patológicos en la columna cervical superior. El dolor en dichos pacientes puede irradiarse a la parte posterior del oído o a la parte inferior del cuello. Es frecuente que la rotación cervical esté muy limitada.

    Cuando el dolor se extiende por la metámera de una raíz o territorio de un nervio periférico hablamos de una radiculopatía. Los pacientes suelen referir dolor agudo y sensación de hormigueo o quemazón en el área afectada. Puede haber pérdida sensitiva o motora, correspondiente a la raíz nerviosa afectada, pudiendo también estar disminuida la actividad refleja. Las raíces que con más frecuencia se afectan son C7, C6 y C5, tal como se resume en la tabla 2. El dolor suele aumentar con la hiperextensión de la cabeza. Es más frecuente a partir de los 60 años, así como en pacientes con enfermedades metabólicas (por ejemplo diabetes) que tengan neuropatía (Isaac Z, 2023; Mendioroz Iriarte M, 2005).

    Tabla 2. Radiculopatías cervicales.
    Raíz Espacio Dolor y/o parestesias Reflejo afectado Pérdida motora
    C5 C4-C5 Cara externa del hombro y del brazo hasta el codo Bicipital Abducción y flexión del brazo (deltoides y bíceps)
    C6 C5-C6 Cara externa del hombro, brazo, antebrazo, 1r dedo y, a veces, 2º dedo Bicipital y estilorradial Flexión del brazo y supinación de la muñeca
    C7 C6-C7 Cara posterior del hombro, brazo, antebrazo, 2º, 3r, 4º dedo Tricipital Extensión del brazo
    C8 C7-D1 Cara interna del brazo y antebrazo, 4º, 5º dedo Tricipital, estilocubital Extensión del brazo y de la muñeca

    La mielopatía es una causa rara de dolor cervical que aparece por el estrechamiento del canal espinal, con afectación de la médula, por lo que aparecen síntomas neurológicos como debilidad de manos y miembros inferiores, dificultad para mantener el equilibrio con alteraciones de la marcha con aumento de la base de sustentación, incontinencia (44% de los casos), disfunciones sexuales (Rao R, 2005; Rubio-Ochoa J, 2016; Rubira López DJ, 2012). Es más frecuente en varones. A diferencia de las radiculopatías, la irradiación puede ser o no segmentaria. Hay que hacer el diagnóstico diferencial con patologías neurológicas como esclerosis múltiple, degeneración subaguda combinada de la médula, esclerosis lateral amiotrófica (Rao R, 2005; Mendioroz Iriarte M, 2005). Cuanto más precoz sea el diagnóstico y se realice la descompresión medular, mejor es el pronóstico y la recuperación neurológica.

    Ante una dorsalgia es importante diferenciar si el dolor ha comenzado bruscamente o si, por el contrario, ha aparecido lentamente. Se debe sospechar una fractura patológica en una mujer que, ante un traumatismo de baja intensidad o un sobreesfuerzo, comienza con dolor. Toda fractura osteoporótica que asiente por encima de D6 debe hacer sospechar neoplasia. La columna vertebral es también asiento frecuente de mieloma (Mendioroz Iriarte M, 2005).

    En los niños y jóvenes puede existir dolor dorsal por la existencia de alteraciones en la alineación, como cifosis y escoliosis, aunque es más frecuente en los adultos, ya que además existen lesiones artrósicas asociadas. La enfermedad de Scheuermann o cifosis juvenil es un dolor en D5-D12. Se caracteriza por ir produciendo un acuñamiento progresivo de las vértebras, por lo que se genera una cifosis.

    La artrosis dorsal por sí sola rara vez es causa de dolor. Sí es más frecuente encontrar mujeres entre los 16 y 40 años con dolor continuo de diferentes características en región dorsal, sobre todo D2-D5, que se asocia a contracturas musculares y se acompaña de parestesias y sensación de pérdida de fuerza (Mendioroz Iriarte M, 2005; Cheng JS, 2012). Es la dorsalgia crónica benigna. Aparece aumentada en profesiones con flexión del tronco (por ejemplo, administrativas) y durante la lactancia.

    El síndrome de dolor miofascial es una afección dolorosa caracterizada por la presencia de puntos gatillo, puntos muy sensibles a la presión. Bajo el efecto de la presión se reproduce el dolor espontáneo del paciente y sus irradiaciones. Presenta una compleja fisiopatología donde intervienen numerosos mecanismos (Isaac Z, 2023).

    La hiperostosis vertebral difusa o enfermedad de Forestier y Rotés-Querol afecta en particular a la columna dorsal y especialmente de T9 a T12. Se define por la presencia de dos o tres puntos óseos (entesofitos) localizados a la derecha de los cuerpos vertebrales y de los discos intervertebrales. Con mucha frecuencia es una afectación silente, pero en ocasiones provoca rigidez. En caso de dorsalgia de carácter inflamatorio y asociada a este tipo de imágenes se debe descartar una psoriasis cutánea, ya que las lesiones raquídeas axiales de la enfermedad reumatológica psoriásica son muy similares (Kothari MJ, 2023).

    La dorsalgia interescapular de origen cervical descrita por Maigne es bastante frecuente. Una afectación cervical inferior (C5-C6-C7-D1) sería responsable de dorsalgias interescapulares mediodorsales. La presión en un punto doloroso interescapulovertebral, fijo, con mucha frecuencia unilateral, siempre paramedial D5 o D6 reproduce el dolor habitual del paciente (Kothari MJ, 2023).

    ¿Cómo se diagnostican?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    ¿Cómo se tratan?

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Bibliografía

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Más en la red

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Autores

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Conflicto de intereses
    Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
    © Descargado el 27/12/2024 2:35:13 Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright © . Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

    Para ver el texto completo debe de estar suscrito a Fisterra

    Estas son sus opciones

    ¿Necesita ayuda o más información? Llame al 932 415 960

    ¿Ya está registrado?

    Inicie sesión con su cuenta personal